consejos para hacer yoga mientras viajas

Cuando tu sadhana se convierte en amor, haces tu práctica de yoga en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia y con tanta gratitud que no importa si no hay mat, si no hay silencio, si hay que madrugar o deslizarse casi a escondidas entre invitados para llegar a tu altar personal, ese que está dentro de tu corazón. Cuando haces tu práctica diaria por amor, le cantas a Dios y a la vida y enciendes una velita en el centro de tu corazón.

Si eres un ser intenso como yo, que ama hacer su práctica de yoga cada día y en cualquier lugar, estas palabras son para ti. Hoy quiero compartirte por qué hago yoga mientras viajo y algunos de mis secretos para no morir en el intento. 

 

¿Por qué hacer yoga mientras viajas? 

 

Cuando haces yoga viajando, todo el viaje se vuelve unión y presencia. Eso quiere decir que estás presente en cada momento, respiras, observas, callas, te mueves, meditas, eres abierto a lo que llegue, estás flexible a los cambios de planes, a los momentos difíciles del viaje y vives en el asombro agradecido. Bueno, al menos esa es la idea porque ¡luego hay momentos donde todo esto desaparece pero al ratito lo vuelves a encontrar! 

Viajar es una experiencia hermosa cuando permitimos que se de la magia de la transformación. Cuando la energía del lugar y su gente, nos deja una marca profunda en el alma y a lo largo del viaje dejamos que se caigan nuestras máscaras y que brille nuestro ser. Pero viajar también tiene su precio. Debes vivir el desapego, adecuarte al cambio constantemente, a la añoranza por tu país de origen, de la familia y los amigos. En el viaje no hay roles ni etiquetas que te definan ante los demás y tu ego se hace pequeño y llora porque está muriendo. 

Es por eso que me gusta hacer yoga durante el viaje. Porque en la práctica encuentro paz, sosiego, gratitud, devoción y amor. Viajar para mí, es como ir regando semillas de amor por el mundo entero, ampliar el corazón y recordar cada día que estamos unidos en medio de nuestras diferencias. La práctica de yoga es un polo a tierra, un comenzar el día en santosha y una manera de honrar la vida y sus bendiciones. Practicar cada día me da equilibrio, perspectiva, momentos de soledad, de nutrirme y me permite continuar con un compromiso personal de vida que no conoce de excusas ni de miedos. 

¡Así que aquí te dejo algunos secretos que a mí me han servido para alimentar el fuego de la práctica personal desde cualquier rincón del mundo! 

 

Consejos para hacer yoga mientras viajas

 

  • Flexibilidad. Esta palabra te hace vivir yoga en todo su esplendor. La práctica se amolda al viaje aunque sea una prioridad. Es decir, no la dejo de hacer pero me acomodo a las circunstancias. Soy flexible en cuanto al lugar y la hora. Flexibilidad con la duración de la practica y las circunstancias que se presenten en el día a día. Flexibilidad para integrar a la práctica los sonidos, aromas, espacios que se presenten, etc. Y en especial, flexibilidad con las personas que te acompañan en el viaje ¡no sea que un día no te levantes a tu encuentro con el mat y todos a tu alrededor tengan que pagar las consecuencias de ello!

 

  • Fuerza. Otra de las enseñanzas de yoga. Si somos demasiado flexibles nos hacemos daño, la fuerza también es parte de la práctica y nos da balance y carácter. Fuerza para mantener en alto tu propósito, para alimentar tu voluntad y para no morir en el intento. 

 

  • Aprender a decir no. Un no a los demás muchas veces se traduce en un sí para mí. Un sí para el espíritu, para la recarga de baterías, la confianza en uno mismo y el amor propio. Así que practica desde ya: 

“No gracias, vayan ustedes, yo aprovecho este rato para estar sola y hacer yoga”

“No. Esta noche me quiero acostar temprano, tengo una cita mañana a primera hora con mi mat”

“Esta vez paso. No quiero beber” 

… y los demás no que se te ocurran.

 

  • Cómprate un buen mat. ¿Sabes que quieres hacer yoga por el resto de tu días, es decir, hasta que la muerte los separe? entones vale la pena comprar un buen mat, esa es la mejor inversión. El dinero lo vale porque el mat te dura un montón. Si divides el dinero en meses de vida útil de tu mat, sabrás que valió la pena la compra. Jade Yoga por ejemplo es una marca que vende mats ecológicos y que apoyan fundaciones e iniciativas muy nobles con sus ingresos. Lo que más me gusta es que los mats son super resistentes, duran años y son livianos y fáciles de doblar, de transportar. Así no hay excusas, tu mat puede ir contigo a todas partes. 

 

  • Con el mat para todos lados. Da igual si viajas cerca de tu ciudad o al otro lado del mundo. El mat es tu alfombra voladora, te compromete, te hace recordar que esa es una prioridad en tu viaje, más que la ropa y otras cosas que querrás empacar. Siempre habrá un espacio en tu equipaje para tu mat, porque siempre habrá un espacio en tu viaje, en tu vida para la practica personal.

 

  • Madruga antes que todos. Así es, te levantas en la hora mágica. No hay distracciones, hay menos ruido, nadie te está esperando para ir a desayunar… Es el momento perfecto para hacer tu práctica sin presiones y comenzar el día con las mejores intenciones. Además, el resto del día vas tranquila. Si no puedes, cualquier rato del día es el mejor momento, no lo dudes, carácter para aislarte por unos minutos de los demás y encontrarte con tu alma en el mat.

 

  • Desapego.  Desapego porque tal vez el lugar no es amplio, porque no hay vela, no hay altar, no hay música, no hay profe ni otros compañeros de yoga… Pero hay naturaleza, hay felicidad del viaje, hay aventura, hay un corazón lleno de amor, hay una vela encendida dentro de tu alma, hay una voz interior que te guía, hay un fuego interno que te sostiene.

 

  • Diario de viaje. Escribir libera y nos permite conocernos más de lo que imaginamos. Escribe tu experiencia en el mat. Escribe algunas palabras cada día y siente la compañía de tu alma. Puedes llevar una libreta contigo o hacerlo en el celular. Al final del viaje tendrás una bitácora que te recuerda cada lugar, tu fortaleza y compromiso contigo misma. 

 

  • Retarte. 11 días de meditación, 21 días de práctica, 40 días de Kundalini Yoga… La clave está en ponerte un reto que sea realista, que en vez de desanimarte te motive porque sabes que lo puedes conseguir. Planea lo que quieres lograr de acuerdo a tu personalidad y fuerza de voluntad. Los retos comprometen y le van muy bien a tu mente.

 

  • Aplicaciones en tu celular. Hay dos aplicaciones que uso y me facilitan la vida mientras viajo.

i-Qi timer. Es un cronómetro útil para las kriyas de Kundalini Yoga donde los tiempos para cada postura están determinados. También lo uso durante los 10 minutos de savasana o cuando quiero hacer meditaciones con un tiempo específico. Me gusta porque es fácil de usar y tiene opciones de sonidos tranquilos y hermosos.

Sadhana Tracker. Si como a mí, te gustan los retos de largo aliento, esta aplicación te va perfecto. Puedes ponerte una meta por 11, 21, 40 o más días y la aplicación te da acceso a un calendario donde marcas tu metas, escribes notas y te motivas con tu progreso. Esta aplicación se vuelve compañera de tu practica diaria espiritual. Me encanta. 

Si tienes aplicaciones que te ayudan, compártelas en los comentarios de esta publicación. ¡Hagámonos el camino más llevadero!

 

  • Rituales y objetos. A mí me gustan los símbolos y pequeños objetos que viajan conmigo a todas parte y evocan mucha calma y amor en mi alma. Por eso cuando puedo los llevo conmigo. En algún momento del viaje tengo la posibilidad de hacer una práctica como me gusta, sin apuros, en un lugar tranquilo y aprovecho para hacer un pequeño altar o ritual. Esos momentos se quedan para siempre en mi corazón.

 

  • Honestidad. Ser honesta a veces requiere de valentía. En el afán por complacer a los demás, muchas veces nos mentimos a nosotros mismos y terminamos haciendo cosas que no queríamos, dedicado tiempo a actividades que no nos interesan y luego recriminándonos no haber hecho lo que sí es importante en nuestras vidas. No tengas miedo o vergüenza de cantar tu verdad. De decir a las personas con las que viajas, que quieres un espacio de soledad, que te vas a retirar por un tiempo a hacer yoga o que simplemente te quieres ir a dormir temprano. La verdad libera. 

 

  • Disfruta de la soledad. Practicar yoga mientras viajas es una excelente oportunidad para aprender de la soledad, para disfrutar del encuentro con uno mismo. Aprende a sentir comodidad con la soledad, con el no hacer parte de lo que el resto de la gente hace por un minuto. Vale la pena, tú serás tu compañía por el resto de tu vida. 

 

Espero que alguno de estos consejos sean útiles en tu camino. Si tú también haces yoga cuando viajas, compártenos en los comentarios tus tips para no perecer en el intento. Dentro de poco emprenderé con mi esposo Kell un viaje por India y Vietnam. ¡Sígueme en Instagram para compartir esta hermosa experiencia contigo! 

Bendiciones y mucho amor
Sat Nam

Jagat kaur
Songdo, Corea del Sur

 

Fotografía: Tailandia 2016

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