II. Cómo ser feliz: disciplina y voluntad


¿Cómo hiciste para salir adelante? Ha sido la pregunta que más me han hecho desde que escribí en redes sociales sobre un evento de mi vida que a los 19 años me marcó profundamente. 

Sabes que hay muchos caminos para sanar. El mío es tan sólo uno de tantos y hoy te comparto la segunda (puedes ver la primera aquí) de las prácticas esenciales que han hecho parte de mi vida desde que decidí volver a mi esencia y sanar con convicción y sin mirar atrás. Vendrán otras publicaciones con más de lo que soy, de lo que me sana.

 

Disciplina y voluntad

 

La disciplina puesta al servicio del amor y la compasión es una de las medicinas para volver a ser feliz, para eliminar conflictos internos y salir adelante. Sin disciplina es muy difícil habitar la satisfacción y la felicidad. Cuando no hay fuerza de voluntad, nada de lo que te pide tu fuego interno que hagas se lleva a cabo y esa es una traición a uno mismo.

Todos somos profundamente talentosos y conozco la tristeza que nos embarga cuando no hemos fortalecido la potencia que nos permita dar a luz nuestro arte, creaciones y proyectos. Conozco la frustración que se siente cuando no tenemos la fuerza para iniciar y si lo hacemos, cuando carecemos de la disciplina para sostenernos en el camino y no desistir. Entonces en esos momentos dejamos de tomarnos en serio y de creer en que lo que hacemos tiene sentido para el mundo. Los árboles no entran en crisis preguntándose si deberían producir sus flores, si alguien las va a contemplar, si son bellas o no… Lo hacen porque está en su esencia hacerlo. Nosotros, los seres humanos, somos profundamente creativos y cuando no cumplimos a ese “mandato” del alma nos vamos apagando lentamente. 

Hoy te invito a que mires tus rutinas, lo que quieres cambiar en tu vida, a que cultives tu voluntad. Fortalecer mi disciplina ha sido una tarea de muchos años, de cada día y me ha sanado tanto las heridas del alma, la forma en que me percibo y trato. 


Fortalecer tu voluntad te dará:

 

  • Orden y claridad.
  • Confianza en tu valor, en tus capacidades, en lo que eres. 
  • Fuerza para protegerte, tomar decisiones y dejar de ubicarte en el rol de víctima: Dejas de ser víctima para tomar las riendas de lo que eres, de tu vida. Muchos de nuestros dolores vienen de allí. Nos faltaba soporte, columna, nos faltaba fuerza y luego la culpa resultaba ser de los demás y no nuestra.
  • Capacidad de maternarte, de contenerte y rodearte cuando lo necesites (Así como la tortuga que a veces necesita estar dentro de su caparazón).
  • Serás leal contigo misma, con tu propia palabra.
  • Protegerás tu fuego interior, tu paz y esencia.
  • Recuperarás tu poder personal, tu brillo propio. 


Recobremos la disciplina con metas realistas, una a la vez. Con amor y compasión, con constancia y consistencia. Te dejo algunos ejemplos que me han servido a mí y que poco a poco me devolvieron la fe en lo que soy.

  • Hacer cuarentenas de lo que quieras agregar a tu vida o dejar ir de tu vida. Ej. 40 días de meditación, 40 días de yoga continuos, 40 días de comer bien, 40 días sin tomar licor o fumar (lo que quieras dejar), etc. Si 40 días es mucho para ti, comienza con 11 días, si lo lograste sigue con 21 días ¡hasta que un día puedas hacer la cuarentena completa! un paso a la vez. 
  • Baños de agua fría que activan tu circulación, tu disciplina y tu propósito. Serán tu victoria en las mañanas, tu guerrera interna feliz. 
  • Ponerte una meta específica al mes y cumplirla.
  • Tener claros tus sankalpas o resoluciones y hacer un plan para desarrollarlos.
  • Finalizar un proyecto estancado, cerrarlo.
  • Apuntarse a un taller, a unas clases de algo que te guste y asistir al mismo, finalizarlo a cabalidad.
  • Hacer la llamada pendiente, llevar a cavo la conversación que hace rato está por hacerse, terminar la tesis, la relación que te consume lentamente… Cerrar esos cabos que llevan años sueltos y que te atormentan.
  • Hacer tú misma la limpieza en tu casa, en tu habitación, en tu vida… responsabilizarte de lo que produces, generas y ponerle orden y claridad a tu vida (lo externo también impacta lo interno).
  • y por último... felicitarte por cada logro cometido. ¡Por pequeño que parezca!

 

¿Se te ocurren más ejemplos? 


Tú también puedes comenzar dando un paso hoy. Con valentía y sin miedo a brillar, a volver a ser tú.  

Escribe hoy mismo por dónde vas a comenzar, no te dejes para después. 

 

Te abrazo desde Corea. 

Sat Nam
Jagat Kaur
Songdo, Corea del Sur

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