la respiración completa y sus beneficios
Hay días en que parece que vamos en piloto automático. Hace poco estaba sentada en el sofá de mi casa viendo Instagram y de pronto mi pareja, que se encontraba a mi lado, me dice: -¿Por qué estás respirando tan rápido? No me había dado cuenta de lo ansiosa que estaba y eso se veía reflejado en la forma en que respiraba. Cuando respiramos con el pecho como lo estaba haciendo yo en ese instante, utilizamos apenas un tercio de la capacidad de nuestros pulmones.
Si dejamos de comer sobrevivimos unas pocas semanas, si dejamos de tomar líquido sobrevivimos unos pocos días, pero si dejamos de respirar apenas vivimos unos cuantos minutos. Todos sabemos sobre la importancia de la respiración en nuestra vida ¿Pero qué tal si aprendiéramos a respirar mejor? De eso quiero hablarte hoy, sobre la respiración completa y los superpoderes de aprender a utilizar toda nuestra capacidad pulmonar.
La respiración es una de las pocas funciones de nuestro cuerpo que puede ser tanto automática como voluntaria, lo que la vuelve un nexo entre lo inconsciente y lo consciente.
Trabajar la respiración es lo que me permite conectar aquello que se escapa de mi control, con aquello que puedo controlar. La respiración completa es un ejercicio de respiración voluntaria, un entrenamiento para después poderla incluir a nuestra vida cotidiana e incluso para que pueda llegar a convertirse en la forma en la que respiramos espontáneamente.
¿Cómo hacer la respiración completa?
En el siguiente video te explico cómo puedes empezar a practicar la respiración completa y prometo que sentirás los beneficios en cuanto la hagas.
¿Cuáles han sido algunos de los beneficios de esta respiración en mi vida?
La respiración tiene una relación muy estrecha con los pensamientos. Cuando tenemos pensamientos que nos producen ansiedad, miedo, rabia, tristeza o dolor nuestra respiración se acelera. Lo bonito de la respiración voluntaria es que tiene la capacidad de inducirnos estados, en este caso la respiración completa puede inducirnos un estado de serenidad y por lo tanto convertirse en una forma muy efectiva de disminuir el estrés que nos produce una situación determinada.
Cuando me doy cuenta que estoy agitada, de que algo me está irritando, de que tengo ansiedad por todo lo que tengo por hacer, hago consciencia de mi respiración y empiezo a hacer respiraciones completas. Por algo la sabiduría popular nos ha dicho toda la vida en estas situaciones “respire profundo”. Al hacerlo siento que puedo concentrarme más en la tarea que estoy haciendo y que puedo tomar mejores decisiones. Respirar bien además de mejorar el estado de ánimo, mejora la digestión y la calidad del sueño.
Hay algo que empecé a hacer recientemente y es practicar la respiración completa cuando voy en el metro, cuando estoy manejando, cuando me cepillo los dientes o cuando espero a que empiece una reunión. Quiero disminuir el tiempo que paso en redes sociales, así que en los tiempos de espera o de hacer alguna tarea mecánica, en vez de mirar mi celular, aprovecho para estar presente y concentrarme en mi respiración. He entendido que en el momento histórico actual donde tu atención y mi atención valen oro, dedicarle esa atención a mi respiración durante el día, es un acto revolucionario.
~ Escrito por Laura Restrepo
Si eres curiosa:
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