de vuelta a mis dramas
Nati me pregunta:
Hola, un abrazo grande y gratitud inmensa por estos escritos que me sirven tanto...hoy ando pensativa y quiero contarte que he leído este post varias veces, he recordado una de sus frases cuando mis dramas están por re-empezar... Me pregunto cómo dar el salto para salir de ellos, los veo, entro en su círculo medio consiente de lo que está sucediendo o empezando a suceder, pero me cuesta no entrar en su flujo.
La verdad es un poco frustrante para mí sentir que estas prácticas parecen solo ser algo más, sin embargo retomo y comienzo de nuevo (he empezado de nuevo muuuchas veces). Admiro profundamente aquellos con una fe inquebrantable, comprometidos y entrados en las raíces de su práctica, cualquiera que sea. Voy en el camino, tal vez ahora solo por salir del sedentarismo y "medito" solo por la dualidad de mi ego que me dice que tal vez si valga la "pena".
Abrazos, Nati
Mi respuesta:
Querida Nati, creo que hay lapsos de tiempo de nuestra vida en los que aún estamos muy atrapados en la dualidad y en la lucha entre creer y no creer. Donde aún hay demasiadas dudas. Donde damos un paso hacia adelante y tres hacia atrás y no somos conscientes de eso y yo creo que eso es parte de la evolución natural del ser humano.
No sé si a todos les pasa pero creo que a muchos sí. A mí me pasó donde tal vez estuve muy cerca de cruzar el umbral y de volver al lado de la felicidad, de la fe, al lado de la resolución, pero yo no veía el límite y volvía y me devolvía a mis viejos patrones, a mis conductas dirigidas por una auto imagen impuesta, por el miedo, por la cultura, por la sociedad. Momentos donde habita una duda muy grande entre ser uno y su esencia, y ser lo que los demás esperan de uno. Momentos donde prima un miedo muy grande al qué dirán y al transformarse o una falta de convicción, como ¿y para qué? , ¿por qué lo tengo qué hacer si estoy bien? Bueno, creo que eso era lo que a mí me pasaba.
¿Cómo se cruza ese umbral? Yo tengo una respuesta pero es basada en mi experiencia, no sé si vaya a servir para ti. Además creo que ando cruzándolo cada día!
En la vida mía, llegó un momento donde yo me sentía muy bien, más cerca de Dios otra vez, más en línea con la práctica, con el amor por mí misma y el auto respeto... pero no tenía un norte, no tenía absolutamente idea de qué hacer con mi vida y esa inmensa flexibilidad y esa inmensa capacidad de estar abierto a todo para una mente que no está preparada puede ser muy peligrosa, y yo no estaba preparada, entonces estaba creyendo que yo fluía con la vida de manera muy positiva porque así lo sentía. Pero en realidad no tenía un norte y estaba fluyendo era como un pez panza arriba por el río. Esos son los únicos que fluyen con la corriente de verdad, lo que van muertos. Porque los que están vivos aprovechan la corriente a su favor pero tienen una dirección y a veces van en contra de la corriente también.
Volviendo a mi situación, estaba sin un norte claro en la vida y tuve una experiencia muy fuerte a mis 27 años donde yo creía que ya dominaba el arte de la vida, donde vivía con felicidad y amor pero también con mucha soberbia. Esa sacudida tan grande, esa experiencia, ese rito de iniciación tan grande que tuve... me tiró al suelo y me puso de rodillas, me hizo darme cuenta de que estaba como un agua tibia, como un agua mansa. Me permitió comprender que todavía yo no estaba haciendo una verdadera transformación desde adentro y que todavía no estaba comprometida conmigo ante todo y yo creo que a partir de ese hecho (que fue en mi transición de los 27 a los 28 años), fue que todo cobró sentido y que le entregué mi alma a Dios por completo. Mi norte fue claro y lleno de luz.
Bueno ya tengo 32 años, nunca para atrás ni para coger impulso. Devota completa, bhakti yogi siempre y agradecida con Dios. Arrodillada a sus pies. Consciente de que cuando no estamos cerca de Dios, de una disciplina, sea la que sea que quieras escoger para tu camino, es muy fácil alejarnos, es muy fácil caer en la dualidad, en el odio, en la culpabilidad o en el auto boicoteo. Es muy fácil tomar decisiones equivocadas, incorrectas para la situación de vida en la que uno está. Decisiones que no hacen más que hacer daño. Igual creo que eso es parte de la vida, puede que algún día me vuelva a suceder y por eso practico con tanto fervor porque sé que si un día vuelvo a bajar al submundo voy a volver a salir: ¡como el ave fénix!
Nati, eso es lo que te puedo decir hoy. Es normal que por momentos volvamos al drama y dudemos, sé amorosa con tu proceso y no te detengas. Aquí mis últimos pensamientos al respecto para ti:
Te comparto mi experiencia, mi sentir y puedes diferir de ella. Toma de estas palabras lo que te sirva y lo demás deséchalo
Cada experiencia es personal, sigue adelante con tu práctica. Recuerda tu propósito cuando haya dudas o desaliento y observa. Yoga es como un laboratorio del cuerpo, del alma y de la mente. No es cuestión de fe, es cuestión de práctica y caminar. Allí se realiza el milagro y la más profunda transformación. Ánimo
Sigue por el camino. Tal vez andando encuentres otras maneras de vivir en equilibrio y dejes la práctica de yoga. Mientras tanto, mientras no encuentres algo más que resuene en ti y que sea positivo, dale una oportunidad a tu práctica. Empezar una y otra vez es la vida misma. Yo empiezo cada mañana de nuevo, como si fuera la primera vez porque la vida fluye, cambia y se transforma y nunca vamos a estar en un punto perfecto, inamovible o rígido. Así pues, tu práctica se moverá como las olas del mar, pero tu ser estará siempre en el fondo del mar impasible y tranquilo. Así lo expresa mi alma.
Te abrazo y te acompaño en esta espiral del amor, en este caminar
Sat Nam
Jagat Kaur
Songdo, Corea del Sur